No es posible hablar de perros y que no resulte cotidiano. Debe ser por eso que la poesía con perros nos acerca a una visión extraña del lenguaje: leer, ladrar, pensar, saltar, escribir. Todo esto configuró nuestras horas compartidas con estudiantes del 4°e del CPEM Nº 12 de Neuquén, quienes, junto a su profesora y su bibliotecaria, fundaron un paréntesis de palabra. –No nos importa nada la comprensión total, dijimos.