No es mentira que Neuquén ha sido escrita como un sueño. Estas tierras nacen en el cruce de trazos que la narran en su origen. Texturas orales y escritas de muchas lunas, hace siglos, entraman una piel que la hacen propia y singular. Iniciamos un recorrido para desentrañar lecturas de lo posible de este territorio escrito en viento, en agua, por múltiples manos, por infinitas conciencias.
Capítulo 8: Juan Quiroga: Rapsoda bohemio
Nace en territorio neuquino a fines del XIX.
Por sus venas corre sangre española y cautiva.
Una ansiedad incontrolable le dice que se mueva, que busque,
que ya es hora de irse.
Ahí tiene sobre’l fogón
ese mate, échele yerba:
en mi rancho se conserva
algo de la tradición:
dele un soplido al tizón
que dure’l agua caliente;
ponga leña suficiente,
áhi tiene un tarro con grasas
que’n cuanto se hagan las brasas
pondremos algo pa’l diente
Pasa a lomo de caballo gran parte de su juventud y viaja, conoce;
forma un imaginario simbólico que después volcará en sus letras.
Acaricie ese porrón
de ginebra marca “Llave”;
vaya tratándolo suave
que nos aguante’l tirón,
que’n cuanto la cerrazón
medio se haya despejao
después de’char un bocao
le meteremos los cueros;
usté póngale al “overo”
yo le pondré al “colorao”
A los 17 años emprende un viaje a la capital.
Más de 1000 km junto a una tropilla de caballos domados por él mismo.
Sabe Don que la niblina
se ha estendido con grandeza
y se ha puesto más espesa
que’l humo de la cocina;
usté lleve la madrina
yo atracaré a los baguales;
al pasar los totorales
se abre un claro en el arroyo
donde le llaman los criollos
“el paso de los juncales”
Pasa el tiempo y recorre, cabalga;
con sus dedos aprieta el nylon sobre el diapasón.
Se hace cantor y payador.
Largue la yegua,
no baje si el agua bordea la orilla;
por detrás de la tropilla
los pingos harán coraje;
reserve’l poncho pa’l viaje
y aprete bien el sombrero
dele riendas al “overo”
que se atraque al “colorao”
¡mi flete es como pescao
pa’ las aguas, aparcero!
Frecuenta diferentes campos de la provincia de Buenos Aires.
Trabaja como resero, domador; también se las rebusca en la esquilas y cosechas.
Finalmente llega a la capital y se afianza como carrero.
Sabe que’staba crecido
por suerte sin correntada;
son aguas de la cañada
por lo tanto que ha llovido;
si no lo dejó en olvido
usté ha de tráir el porrón;
bebamos con discreción
para dirnos calentando
y aura entremos galopando,
ya se ha ido la cerrazón
Notas de viaje: Almacén “La Tablada”;
Lomas de Zamora, Almirante Brown, Quilmes.
Improvisa en reuniones, junta dinero y se curte,
todos saben su nombre.
Adrián Sosa y Justo Agüero
con rumbo pa’l Saladillo
van cruzando “Los Cerrillos”
de los campos de Terrero:
dos criollos de sello entero
capaces de cualquier cosa
que si valiente era Sosa
también lo era el gaucho Justo
¡capaz de peliar de gusto
con la mazorca de Rosas!
Alrededor de 1920 se instala en el barrio de Parque Patricios.
Tiene 37 años.
Muchas leguas galopiaron
a lo largo de aquel día
y otras tantas faltarían
a donde nunca llegaron;
era de noche y toparon
con el viejo río Salao
que’staba de lao a lao,
sin bajada y sin barranca
¡que hasta los pastos arranca
cuando se alza encorrentao!
Aminora la marcha y descansa un poco.
Al tiempo se casa con la hija de un mayordomo de estancia,
con quien tiene cinco hijas.
Si es bravo el Samborombón
que tanta gente ha llevao
el viejo río Salao
tiene entrañas de dragón
pero la gran decisión
de los gauchos argentinos
por adelantar camino
y por ser demás valientes…
se los llevó la corriente
con triste y fatal destino
Estamos en Boulogne, partido de San Isidro.
Pasará el tiempo y su obra creará un mito alrededor suyo;
la payada criolla como cimiento de la identidad gaucha.
Cuenta después un baquiano
botero de’sa pasada
y que tiene la morada
en un barrancón cercano,
que sintió gritos humanos
que venían del Salao
y con un tono apurao
que debía ser de Agüero
que decía: “¡Atraque’l “overo”
cerquita a mi “colorao”!”
Falleció el 6 de julio de 1976 en la localidad de Moreno, Buenos Aires,
sin haber podido regresar al lugar que lo vio nacer.
Tristeza y desolación,
angustia, temor y pena
causa la terrible esena
de la desesperación;
y al cerrarse la oración
que’l cielo en estrellas brilla
dicen que de orilla a orilla
cada vez que está crecido
se siente’l triste sonido
de un cencerro sin tropilla (…)
Referencias:
Camilo Haums Gómez (conocido artísticamente como Juan Quiroga) nació el 17 de Julio de 1887 en las tolderías de la Confluencia, actualmente conocido como el Paseo de la Costa. Fue el primer payador neuquino del cual hoy se tenga registro. Con 14 años abandonó sus pagos con la idea de llegar a Buenos Aires, viviendo innumerables peripecias que dejó asentadas en su obra poética “Viaje de Neuquén a Dolores”, en la que comienza: “yo he nacido en el Neuquén, en una gran toldería (…)”.
Los versos en cursiva pertenecen a su milonga campera “La leyenda del Salao”, la cual narra la muerte de dos reseros en plena faena, y que forma parte del acervo cultural criollo.