Se ponía unos corpiños
enormes
rellenos de naranjas
usaba unos tacos altos
que le quedaban grandísimos
se pintaba de rojo los labios
y se lucía con los vestidos de su madre
¿Para qué querés ser mujer antes de tiempo, para sufrir?
No, mamá, para mirarme
en los espejos
y verte a vos
Cristina Nieto. Lápices de colores, muñecas y cuchillos
Atravesar el mundo para nosotras nunca fue fácil. Cruzamos escenarios a veces con miedo, y aún habitamos el miedo en nuestros hogares. Pensar: cómo podemos vivir con miedo en nuestros hogares, en nuestros últimos refugios. Afortunadamente, las voces que hoy gritamos ¡NI UNA MENOS! siguen horadando los límites establecidos.
Por eso cada 8M explota como una fecha de lucha, no de revancha ni venganza. Celebramos el espíritu revolucionario que ha conseguido conquistas en los reclamos por justicia y por ecuanimidad, conquistas como peldaños que nos llevan a la modificación de entramados sociales que tienden a forjar un mundo sin violencia y con igualdad en el acceso al trabajo y a la tecnología.
Para eso luchamos. Para que cada vida que nos tomaron no quede en las estadísticas. Cada vida entregada a la lucha o a la oscuridad de la violencia se convierte en una piedra de resistencia. Porque a pesar de todo seguiremos luchando, por las que no están y por las que sí estamos, por un mundo con igualdad de género.
Ayer compartimos lecturas por todo el edificio del Consejo Provincial de Educación. Te mostramos algunas imágenes: