NQN territorio de lecturas

No es mentira que Neuquén ha sido escrita como un sueño. Estas tierras nacen a partir del cruce de trazos que la narran en su origen. Grafías tramadas en lunas antiguas confluyen en aguas de lo singular…

Presentamos una nueva forma de leer Neuquén: a través de la narración en tiempo presente de las aventuras que la palabra fue tramando en el devenir destas tierras. Te invitamos a recorrer el territorio de una manera singular, como si fuera escrito para desentrañar miradas de lo posible.

EL BOSQUE SONORO

Yo conozco un cementerio cuyos muertos
son árboles nomás petrificados
y son tantos que ayer eran un bosque
tal vez de un verde extraño acabado

Una suerte de lienzo de tiempo

extendido sobre un plano ilusorio.

La búsqueda de la materialidad perdida.


Pobre bosque dormido en el silencio
con los brazos de piedra desolados
ahí están siempre de pie como lo eterno
los árboles sin vida del pasado

El sonido montado,

como si fuese un artefacto

que sugiere

su propia superficie.


Ellos fueron sepultándose aún con vida,
fueron su propia cruz después de muertos
y había trino de pájaros y nidos
cuando cayó la flor pues llegó el viento

Patrones, dinámicas, atmósferas…

Vibraciones de luz

y sonido.

Algo intangible, aéreo,

una presencia alucinada.


Tal vez vivían en siempre primavera
y así los sorprendió el primer invierno
La savia vegetal se volvió roca
y sus formas, estatuas de silencio

El encantamiento y la transgresión;

lo que cuestiona los límites, lo que amenaza,

lo que nos rodea

y fluye a través.

En las noches de luna voy al bosque
por entrar en un mundo que se ha ido.
Un momento nomás en esos años
por el fondo sideral de los olvidos

Vibraciones, sí. Una fuerza anímica,

la calidad acústica concreta.

Las disonancias son nuevas posibilidades,

nuevos circuitos de profundidad; formas arbitrarias

sobre la superficie.  


Que tremenda tristeza sin paisaje
la sombra de un paisaje ya perdido
sobre el páramo silente del desierto
misterioso, nocturno y dolorido.

Un ataque directo al sistema nervioso,

desenvuelto en diversas ramificaciones.

Sin embargo pese a toda esa tristeza
me gusta recorrer el viejo tiempo
y andar tras de la luna reflejada
la distancia infinita de otro cielo

Percepciones anímicas, analogías,

sustancias; una lucha de sonidos

en busca de un equilibrio perdido.


pues allí por escuchar desde la piedra
melodías que yo tan solo siento
le hice música a tantas soledades
que ha llenado de música el silencio

Punto de contacto: los versos en cursiva pertenecen al poema El bosque petrificado, de Marcelo Berbel.

Hilvana: Sebastián González

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