NQN territorio de lecturas

No es mentira que Neuquén ha sido escrita como un sueño. Estas tierras nacen a partir del cruce de trazos que la narran en su origen. Grafías tramadas en lunas antiguas confluyen en aguas de lo singular…

Presentamos una nueva forma de leer Neuquén: a través de la narración en tiempo presente de las aventuras que la palabra fue tramando en el devenir destas tierras. Te invitamos a recorrer el territorio de una manera singular, como si fuera escrito para desentrañar miradas de lo posible.

BAIGORRITA

“(…) tiene una cabellera larga, negra y lacia,

y una frente espaciosa que no carece de nobleza.

Su mirada es dulce, bravía algunas veces.

En este conjunto sobresalen los instintos carnales

y cierta inclinación a las emociones fuertes,

 envuelto todo en las brumas de una melancolía genial”

(Lucio V. Mansilla, Una excursión a los indios ranqueles)

De pie, sobre la meseta,

me hipnotizaba el reverbero del horizonte.

La reacción es entendible:

el avance genocida sobre el territorio; el incumplimiento de un tratado de paz en donde ambas partes se comprometían a no atacarse mutuamente.

Como un nudo de luz

oscilaba el destello sin perfiles.

Rotas las paces, entonces.

Ahora ambos se disputan su propio lugar:

avanzan las líneas, la violencia,

el exterminio.

En ríos de serpientes huían los límites

de la tierra y del aire.

“Extinguir”, “arrollar”:

verbos que impone la ofensiva traicionera.

Fue una invitación remota a paraísos azules,

un túnel de silencio metálico

para abismar cabelleras y gemidos.

Su captura y posterior muerte fue fundamental para que la “conquista” progrese.

Se pudo así desplazar hacia el norte, ocupar la línea del río,

esperar los movimientos al pie de la cordillera.

(En la estepa patagónica

mi figura grande y quieta

debió alargar una tardía sombra

sobre ese duelo de petróleo y viento)

Asaltos sorpresa y caballos flacos,

travesías,

epidemias de viruela.

Silicatos y ónices ardían

y en la arena rosada,

en la arena rectilínea y oleosa,

abandoné algunos compañeros.

Murió a orillas del río Neuquén, peleando a facón. Jamás rendirse a las fuerzas militares que rodeaban las costas.

¿Cómo salvar la rosa en el desierto?

Solamente el iris blanco,

el ojo rojo de la cactácea.

Punto de contacto: sobre Baigorrita, se indagó en www.masneuquen.com. Los versos en cursiva pertenecen al poema Patagónica, de Irma Cuña.

Hilvana: Sebastián González


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