Neuquén, últimos meses del año 2021
Querida comunidad leyente:
Nos llena de ilusión asomarnos con ustedes a la colección Leer abre mundos del Plan Nacional de Lecturas porque es una conversación que podemos comenzar hoy para continuarla en cada lectura.
Hace un tiempo venimos pensando que del término itinerario puede desprenderse la idea de constelación. A veces recurrimos a la palabra constelar cuando queremos recuperar los matices más oblicuos de la selección. Si la palabra itinerario inscribe en su sentido la idea de recorrido[1], la constelación hace estallar el mapa para mirar el cielo. En las constelaciones lectoras hay rumbeos, nunca líneas directrices, ni jerarquías, ni subordinaciones, ni un lugar decisivo para comenzar o llegar.
La constelación no clasifica, pero sí articula heterogéneos. Es decir que cualquier punto de la constelación puede estar conectado con cualquier otro punto hasta formar una figura, como Casiopea u Orión. Para el ojo leyente, toda constelación necesariamente se vuelve fuga, como una estrella fugaz que traza direcciones insospechadas, o que desaparece tenuemente para reaparecer en otra, como un meteoro cuya trayectoria puede ser desviada, interrumpida en cualquier momento para desintegrarse o rearticularse. Al fin y al cabo, leer tiene que ver con esto.
La nueva colección “Leer abre mundos” nos invita a acercarnos nuevamente a la biblioteca, nos encuentra en desafío leyente descubriendo que detrás de cada libro hay un tesoro, por eso el juego se nos transformó en búsqueda, y fue así que en Achimpa encontramos una clave de lectura:
Achimpa de Catarina Sobral es un libro que nos llevó a pensar una gran constelación. Esta obra irradió hacia otros textos que tenían conexiones posibles en la colección. Achimpa es la historia de un investigador que descubre, en un diccionario apolillado, una palabra cuyo significado no sabe y le provoca curiosidad. A partir de este desconcertante hallazgo comienza una búsqueda para darle un significado.
La idea de jugar o de experimentar con las palabras trazó el primer dibujo para empezar a bosquejar una constelación con los otros textos que nosotros llamamos ‘achimpantes’. ¿Qué es ‘achimpar’? ‘Achimpar’ tiene mucho que ver con la invención, con el juego con las palabras, se relaciona mucho con los textos desafiantes para la escuela, con las búsquedas, lo incomprensible a primera vista, la ruptura de estructura. ‘Achimpar’, desencaja.
Colección ´achimpante´ (los números son los que encontramos en el margen superior derecho de cada libro):
22 – 06 – 05 – 16 – 03 – 27 – 21 – 19 – 15 – 33 – 20 – 07 – 28 – 02 – 23 – 31 – 17 – 08 – 32
02 – Cartas escritas con plumas y pelos de Philippe Lechermeier
03 – El primer viaje del mono de la tinta de iris Rivera
05 – Una mágica víspera de carnaval de Carmen Muñoz Hurtado
06 – El viaje de Ida – el viaje de regreso de Beatriz Dourmec y Ayax Barnes
07 – Microcosmos de Nelvy Bustamante
08 – Donde nace la noche de Laura Forchetti
10 – El llamado de Flor Kaneshiro
15 – Fábrica de escalofríos de Horacio Cavallo
16 – El pájaro cucurucho de Arnold Lobel
17 – Geografía de máquinas de María José Ferrada
18 – El país de Juan de María Teresa Andruetto
19 – Pototo 3 veces poeta de Cesar Bandin Ron
20 – Flor de Loto, una princesa diferente de Florencia Gattari
21- Un museo sobre mí de Emma Lewis
22 – Migrantes de Issa Watanabe
23 – Las onomatobellas de Ruth Kaufman
27 – Abel regala soles de Istvansch
26 – Oberón rey de los elfos de Patricia Suárez
28 – Conversación con el pez de Juan Carlos Moisés
29 – Acá hay gato encerrado: antología de cuentos gatunos. Selección de Diego Barros
30- Dos pequeñas gatas japonesas de Paula Bombara
31 – Achimpa de Catarina Sobral
32 – La familia cubierto de Silvia Arazi
33 – Once cuentos fantásticos de Kasparavicius
34 – Otto y Kimoti de Cecilia Varela
36 – Diario de Ana Frank
Esta constelación dibuja contornos desiguales, y que nos asoma a mirar y sentir los desplazamientos. Acá nos encontramos con 22, 18, 36 y 10; libros que nos señalan una invitación a pensar el viajar y palpar ese movimiento en el que todes podemos ser otres.
La figura continúa su camino por la intertextualidad. Aquí aparecen textos que dialogan específicamente con otros (28, 18 y 03).
También, en ese cielo textual encontramos libros netamente achimpantes. Son los que exploran la invención como modo de diversión. Estos libros llevan sí o sí al lector a la imaginar máquinas, mundos inéditos; y a la seño, a imaginar una linda consigna de invención (15, 31, 23, 16, 17, 06 y 19).
En el libro Achimpa de Catarina Sobral, los personajes se animan a traducir libremente la palabra y deformarla y reformarla, gesto que nos traslada al siguiente punto constelado: los textos de la traducción (16, 33, 02, 03, 05). ¿Qué se preguntará alguien que traduce un texto literario? ¿cómo achimpará si leemos en voz alta algún fragmento en aymará sin leer la traducción del libro…? Porque, sin lugar a dudas, este libro acompañado de imágenes nos permite jugar a construir sentidos.
También, esta constelación se anima, en su viaje interestelar, a sitios no muy cómodos, o que angustian, pero que a veces necesitamos nombrar y pensar para sostenernos en el mundo de otro modo. Es así que la muerte aparece en: (07, 22, 28, 36). Y otro tema que le anda cerquita es el de los sueños (33, 13, 28, 15, 05 y 06) un lugar del cuerpo que no nos responde, sino que fluye a su gusto, como jugando, como inventando en otro territorio. Pero también, los animales muy realistas y muy inventados son el sueño de una invención que nos alteran la percepción con sus ocurrencias (20, 30,33, 34, 28, 29, 02, 07, 26)
Esta caja te invita a seguir constelando con otros títulos que hay en la misma y con otras colecciones existentes en tu biblioteca escolar.
BÚSQUEDA DEL TESORO
A veces, cuando nos asomamos a un libro hay algo que tiene un brillo especial. Ese brillo puede ser visto por más de un leyente, o no, porque puede ser algo que destella sólo para una persona. Es un instante, una revelación, en ocasiones como un espejismo que a medida que nos acercamos se nos muestra como algo que debemos atesorar. Leer como curioseo, como viaje, como reflexión, conversación, leer sin mirar palabras, leer hasta los gestos mismos que se desprenden de cada libro y de los rostros leyentes. Hay un tesoro esperando.
Para este juego será necesario disponer de dos o tres días de andar entre los libros. En un primer acercamiento, sacamos cuidadosamente todos los libros de la caja- anaquel, y los disponemos en un espacio que nos permita verlos, tomar uno, dejarlo, tomar otro, dejarlo, mostrárselo a alguien, ver el que alguien me muestra… y así.
En un segundo encuentro, antes de volver a disponer los libros, se invita a que cada leyente vuelva a recordar internamente lo que vio. Un ratito. Se invita a cerrar los ojos, mientras, la seño va dejando en las manos o cerca de cada leyente, un libro de la colección y va contando que en cada libro hay un tesoro escondido que está por ser descubierto. Ese tesoro puede ser una palabra, un verso, un fragmento, una imagen, un color, lo que vean y les llame poderosamente la atención. Se da tiempo pero tiempo no apurado, tiempo de jugar que es el mejor.[2] No serán necesarias las explicaciones. Lo único que se necesita es buscar, encontrar y compartir lo que brilla.
Cerramos así esta carta que quiso ser una breve esquela, dejándoles nuestro abrazo leyente y achimposo. [3]
[1] En: “Algunos senderos para recorrer la colección”. “Leer abre mundos: compartir la colección.” Catálogo 2021 Nivel Primario. Ministerio de Educación de la Nación. Plan Nacional de Lecturas.
[2] Marcha de Osías de María Elena Walsh
[3] Romina Olivero – Marcela Salto – Carlos Duarte – Alejandra Cortez (Equipo de extensión literaria del CeDIE)