Un jardín es un lugar donde se imagina, donde se hacen navegar barquitos de papel, donde se trepan árboles, donde se nos enseña a creer en las palabras dulces, donde quedamos colmados de abrazos, donde nos secamos las lágrimas en el hombro de la seño, donde se nos enseña a creer en el poder de la sonrisa, donde se construye cómo queremos ser cuando seamos grandes, se aprenden muchas cosas pero lo más importante a ser feliz.
El jardín de infantes es el espacio en el que se forma el futuro de las personas, se alientan sus motivaciones marcando su desarrollo intelectual y motriz, con una educación organizada y metódica para facilitar la posterior inserción en la escuela primaria.
Cada 28 de Mayo se celebra en nuestro país el “Día de los Jardines de Infantes y de las Maestras Jardineras”, en conmemoración de la precursora y defensora de la educación de los niños, Rosario Vera Peñaloza, quien fue fundadora del primer jardín de infantes en Argentina en el año 1900. A partir de allí, se abrieron jardines de infantes en todas las provincias Argentinas, y ella se abocó a la educación preescolar. Vera Peñaloza funcionó como referente para muchas maestras jardineras que al igual que ella amaban a los niños.
En Neuquén, el primer jardín de infantes fue creado el 1 de abril de 1955, nos referimos al Jardín Nº 1, Padre José María Brentana, de gestión provincial, ubicado en calle Alvear 100 de Neuquén Capital.