“Allí donde haya un niño, habrá una escuela”: Próspero Alemandri, emblema de la educación territoriana

En 1925, en el Territorio Nacional del Neuquén había 4057 menores en condición de ser escolarizados. Sólo asistían a la escuela pública 3082 de los cuales 1658 eran varones y 1426 niñas. Pero… ¿cómo conocemos estos datos? ¿quién realizó este censo? La labor de recorrer los territorios, elaborar informes y estadísticas para el Consejo Nacional de Educación, pertenecía a una clase muy especial de funcionarios: los INSPECTORES DEL TERRITORIO.

Inspector General de los Territorios, Subinspector General, Inspector Seccional, Inspector Sumariante y Visitador de escuelas eran las categorías en las que se organizaban estos entusiastas andariegos, que recorrían el país de punta a punta relevando la situación de la educación en los territorios. El precursor y emblema de la profesión es el Maestro Raúl B. Díaz (1862-1918), dueño de un gran conocimiento geográfico, social, administrativo, pedagógico y político que le permitió tomar decisiones, en su gran mayoría, avaladas por el Consejo Nacional de Educación. A modo de ejemplo, podemos citar el cambio de periodo escolar para las escuelas cordilleranas, aisladas por el frío y las copiosas nevadas propias de la región. Díaz fue el primer Inspector General de Escuelas de Territorios y Colonias Nacionales, y ejerció esa función desde 1890 hasta 1916.

En 1919 asume como Subinspector General otra de las figuras emblemáticas de la profesión: el Maestro Normal Nacional Próspero Alemandri (1880-1957). Dueño de una pluma exquisita, sus informes revestían pinceladas líricas en las que las bellas imágenes poéticas coexistían a la par de las crudezas que relataba. En 1925 ascendió a Inspector General, y ejerció el cargo hasta 1928. Recorrió todo el Neuquén creando escuelas, llevando soluciones, bregando siempre por mejorar la calidad de vida de las comunidades educativas sobre todo de las y los estudiantes, que fueron su prioridad en todas las acciones y gestiones que realizaba.

De su libro Notas Sobre Enseñanza extrajimos algunos párrafos:

Podemos asegurar que el desafío patriótico planteado por Alemandri reside en estas palabras de su propia autoría: “instruir a los niños donde se encuentren y cómo se pueda […] y sembrar escuelas, conseguir maestros, garantizar la llegada de los supervisores y sobre todo convicción.”

Sin duda que había que tener convicción para recorrer la geografía de nuestra provincia en aquellos años. Las imágenes que siguen reafirman que su accionar no era sólo palabras:

Viaje de Zapala a Chos Malal, 1925.

Próspero Alemandri llevó adelante una tarea titánica, prolija y arriesgada, al igual que quienes lo precedieron y sucedieron. Es que los Inspectores se compenetraban y comprometían con los pobladores de cada localidad: para ellos, niñas y niños eran mucho más que un número en los informes que luego vertían en las resoluciones, actas y boletines del Consejo Nacional de Educación. Cada niña y niño eran la causa de sus esfuerzos en su misión alfabetizadora; sus miradas transmitían mensajes de la realidad del territorio que los Inspectores sabían interpretar. De allí nacía su convicción y su fortaleza.

Fuentes:

Alemandri, Próspero. Notas Sobre Enseñanza. CABAUT y Cía. Editores; Librería del Colegio; Buenos Aires, 1934.

Educación Común en la Capital, Provincias y Territorios Nacionales. Consejo Nacional de Educación, 1925.

Base de Historia de las Escuelas Primarias de Neuquén. CeDIE CPE.


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